Llevaré una máscara por ti

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Cuando Leonard Cohen iba de muy joven a echar una mano al negocio de tejidos de su familia en Toronto aprendió a doblar muy bien la ropa. Esa destreza le ha servido después toda su vida: para hacer las maletas innumerables de sus viajes por los hoteles del mundo. A Cohen, que es un monje Zen ordenado con toda formalidad, me lo imagino doblando sus trajes oscuros en la habitación de un hotel, impecable y absorto, junto a la maleta abierta sobre la cama, cuidando monásticamente cada pliegue, como si doblara y guardara ropas litúrgicas en una sacristía

Se ha hablado mucho en los últimos tiempos de canciones y letras, y de la literatura de la música, etc. Aparte de Jacques Brel, Leonard Cohen me parece el modelo más completo en el dominio de ese arte tan raro, en el que se junta la palabra y la música, la música con frecuencia emanada de la cadencia misma de las palabras, y el misterio de la voz. En todo esto cuenta mucho la sensibilidad de cada uno, y hasta su historia sentimental, porque las canciones tienen mucho que ver con lo más hondo de la propia vida, para los que son vulnerables a ellas. Hablo de algo muy específico: el que escribe y compone y canta con su propia voz. Paul Simon, Nick Drake, José Afonso, Vinicius de Morais, Joao Gilberto, Chico Buarque, el mejor Serrat, Antonio Zambujo, Suzanne Vega, Paul McCartney… Cada cual añade nombre a la lista. Yo mismo añado o quito a cada momento, según los azares del recuerdo o el estado de ánimo.

Pero el lugar que ocupa Cohen no lo tiene nadie para mí, salvo Brel, que sin duda le influyó de joven, como Kurt Weill. Escucho sus dos últimos discos, y algunos grabados en directo durante las giras de los últimos años. Una canción como Almost Like the Blues tiene una sugestión de denuncia y profecía bíblica. Y vuelvo a uno de mis preferidos, quizás el que más, por razones musicales y vitales, I’m Your Man. Esa canción y otra del disco, There Ain’t no Cure for Love, son dos de las grandes canciones de amor de mi vida. Y si se habla de mérito literario, ¿quién ha escrito letras mejores que Cohen? ¿Quién ha puesto música a Lorca como él, aparte de Raimundo Amador? El Pequeño vals vienés lo puede uno escuchar con la reiteración obsesiva que tiene esa danza. Pero escuchando esas letras uno se da mucha cuenta de todo lo que le deben a Lorca, sobre todo al Lorca desatado y visionario de Poeta en Nueva York. 

If your want a lover

I’ll do anything you ask me to.

And if you want another

kind of love

I’ll wear a mask for you.

If you want a driver

Climb inside

and if you want to strike me

down in anger

here I stand.

I’m your man.